Testimonio del Hno. Jose Luis Figueroa Sanchez

Yo comencé a asistir en la Iglesia Bienvenido Espíritu Santo con mi esposa durante poco tiempo y el enemigo comenzó a poner inquietud, duda en mi interior es cuando deje de ir.


Para ello unos amigos que tenían una pequeña obra cerca donde vivía me insistían a congregar con ellos; incluso me ofrecían liderazgo y entonces fui tentado por ello, fue cuando llegué a ese lugar. Era diferente a la otra iglesia donde había ido; entonces compartía con aquellos de ese lugar muchas cosas que no entendía, cosas que me perturbaban hasta que poco a poco comencé a sentirme mal en todo aspecto.

Hasta que un día ya no soportaba el dolor de mi estómago y de pronto ya no sentía mis piernas y todo mi cuerpo comenzó a paralizarse. Mi esposa nunca se apartó de la iglesia, allí donde conoció a Dios y ella fue la que oraba y clamaba a Dios por mí. Cuando me vio mal llamó a los hermanos de la iglesia donde ella asistía y vinieron a orar por mi; les compartí todo lo que había pasado conmigo, ellos me oraron y me sentí un poco bien; fue un sábado y al día siguiente culto central de la Iglesia Cristiana Bienvenido Espíritu Santo asistimos con mi esposa y mis hijos y hubo ministración, llamaron a todo el pueblo a pasar adelante.

Era tan fuerte el poder de Dios que pude sentirlo: mi cuerpo vibraba, me adormecía y de pronto me caí por un lapso de 15 minutos. Allí Dios me abrió los ojos espirituales y pude ver a demonios que salían por mi boca eran tantos; algunos se peleaban y no querían salir, me retorcía esa lucha, había un demonio que no quería salir que llegaba hasta mi cuello luego se regresaba pero no pudo resistir el poder de Dios que al fin salió.

Quedé libre y cuando desperté quedé impactado por esta visión; sentí el poder de Dios en este lugar, y aquí estoy aunque hay dificultades fuertes en la vida diaria pero sigo adelante con mi familia; ahora puedo decir que me he afirmado en el Señor, aprendí la lección no debo estar jugando con Dios porque él es Santo Santo Santo.
 
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